O nos unimos o dejamos que los mismos nos sigan pisoteando

Hace más de 500 años, los pueblos han estado bajo el sometimiento y robo de sus tierras, los arrinconan en las áreas más lejanas y boscosas; el sistema político y económico que se impuso ha sido para defender a los saqueadores y explotadores que luego se convirtieron en los finqueros y ahora son la oligarquía corrupta de este país. Desde esa fecha, a los pueblos se les arrebató de sus conocimientos, sentimientos incluso de sus almas y su espiritualidad; los convirtieron en esclavos y mercancía, entre 1821 hasta 1994, los invasores y explotadores hicieron leyes para someter a los pueblos con la mano de obra regalada; por ejemplo, a través de la Ley de Jornaleros (1877), Ley de Peón por Deuda o Habilitación (1894), Ley de Vialidad (1933) y Ley contra la Vagancia (1934). Desde que el invasor impuso sus nuevos sistemas de gobierno y luego, desde el surgimiento del Estado Republicano racista, los pueblos originarios siempre fueron excluidos, quisieron acabar con sus sistemas de gobierno, sus conocimientos y tecnologías, pero aún siguen guardados como los tesoros eternos de sus ancestros. Este Estado desconoce a los pueblos, su objetivo ha sido defender los intereses “del patrón y su gran finca” que ahora es Guatemala; prefiere favorecer las empresas transnacionales que ahora mueven capitales acumulados con sangre de los pueblos en las algodoneras, los cafetales y en la explotación de los bienes comunes naturales como lo son ahora las mineras, hidroeléctricas, los monocultivos, la energía eléctrica, la telefonía y muchos más.

Este Estado mantiene a la mayoría de guatemaltecos muertos en vida cuando los niveles de pobreza, extrema pobreza y desnutrición son tan altos que mantiene a la gran mayoría desnutridos física, emocional, económica y políticamente. Los mantienen desnutridos para que a cada cuatro años corran tras los regalitos que dan para mantenerse ellos en el poder, no es casualidad que ahora muchos líderes y lideresas “intelectuales” y de todo tipo, corran solo para seguir siendo los maleteros, los mandaderos y sirvientes de la oligarquía y su “pacto de corruptos”; tampoco es casualidad que los dos o tres partidos pequeños que dicen luchar por los derechos políticos de los pueblos no puedan unirse. “Nos hemos tragado el odio, la envidia y el veneno que nos han dosificado nuestros opresores”; pero podría tenerse ya la fórmula para que el 25 de junio de 2023 se sepulte la vieja política  y se instaure UN NUEVO ESTADO PARA GUATEMALA en el que los pueblos; maya, garífuna, xinca y mestizo sean incluidos para Cogobernar este país, pero esto no se le tiene que limosnear a la oligarquía y su pacto de corruptos que ahora se recompone sacando ya los rostros de sus sirvientes que entre otros siguen siendo los Arzú, Ríos, Mulet, Torres/Colom, Bran entre otros.

La fórmula, el camino, el B’e, B’ey, E para que se entienda… incluye obligadamente lo siguiente: 1. Dejar para siempre “nuestros egos, nuestros orgullos, nuestras diferencias y nuestras pendejadas” creyendo que cada grupo por sí solo podría ganar las elecciones. 2. Los pueblos tienen que creer en ellos mismos y no pensar que un forastero que llega de lejos llevando regalitos los va a liberar de males de hace más de quinientos años. 3. Se tiene que promover un GRAN PACTO DE UNIDAD entre los movimientos que buscan el buen vivir de los pueblos, tienen que buscarse los que están hartos de la corrupción, el robo y el saqueo y unirse en un solo proyecto. 4. Se tiene que buscar el consenso plurinacional sobre el Nuevo Estado que se quiere construir para todos los pueblos. 5. Impulsar una sola estrategia electoral para disputarle el poder a la oligarquía, a las mafias y al pacto de corruptos que ahora llegan a abrazar y engañar con regalitos y migajas de lo que se han robado.

Debe trabajarse para asegurar una fuerza mayoritaria en las municipalidades y el Congreso de la República, la apuesta de los pueblos frente a las próximas elecciones debería orientarse a nunca más votar por extraños y unirse en una sola fuerza para ganar la presidencia y llevar por lo menos 105 diputados al Congreso de la República para promover la Asamblea Plurinacional Constituyente; la apuesta no es ir a administrar este Estado Racista, excluyente autoritario y saqueador sino, destruirlo para instaurar un Nuevo Estado para construir relaciones equitativas entre hombres, mujeres y pueblos hacia su libertad. De hecho, ya hay voces que llaman para este proyecto que ojalá tengan eco. La fórmula para avanzar también consiste en no pelearse por los puestos, los y las candidatas deben someterse en asambleas comunitarias, populares para ser electos y no quedarse con los poquitos afiliados y afiliadas; el partido o los partidos políticos deben ser solo el medio para avanzar hacia el amanecer de los pueblos y su buen vivir.

Autor: Pascual Martín

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